Diluyendo las fronteras en un encuentro de rupturas. El alcohol es mi impulso, seducción. Juego al rol de investigador de campo. Mi exploración es el deseo y sucede, la sexualidad fluye como la música.El son juchiteco desdibuja la realidad. El pop mexicano me engaña. Regalo besos muxhes, un animal se liberó. El académico queda en ridículo y soy esa cosa rara. Mi estrategia es moverme con las posibilidades que ofrece el espacio, la vida. Construir sueños como arquitectura. Caminar la incertidumbre porque el mundo es tan misterioso como mi cuerpo.
La atracción se da. Nos encontramos. Nos vimos en su sonrisa. Ese beso lo empuja la inquietud por una respuesta, es la curiosidad intentando resolverse. Un chico encuentra su otro ficción. La razón queda en segundo plano y se disparan los deseos.
Soy otro yo / un hiper-yo. Fuerte y seguro. Proto-zeus en alcohol. Me sentía ser un árbol con un aura chamánica. Hipnotizado hipnotizo el ambiente con la suerte que corre un viajero con nahual de pájaro.
Ya no soy la distancia pero el encuentro, cuando lo toco soy y me pregunto ¿y si vivir es tomar de la vida?, laissez faire, laissez passer. Los poros dicen si. Éramos fuego
!Voila!, que acontezca. El cielo solo tiene dos caras, en la posibilidad del encuentro y en la imposibilidad de la permanencia. Ahí está la verdad. Esa verdad era casi un espejo, el mito del otro, era yo.
Bailamos la noche y nos escapamos de la fiesta hasta perdernos entre sus sábanas. Como un narciso haciéndose el amor quería comerme. Era como descubrir su cuerpo otra vez. Su primera vez y yo testigo, verdugo, cómplice.
Con el viento de febrero en Juchitán. Como la brasa hace la llamita y la llamita se hizo cuerpo y el cuerpo se quita la piel. Energía. Dicen que la primera vez marca, porque quema y cicatriza. Yo siento la marca como haber regresado a mi primera experiencia. La despedida un apretón de manos, lo despeino y me volteo. He aprendido que es a partir de la renuncia que se encuentra la escencia de la vida.
Lo quiero vivir otra vez le grité al mar. Cuando ví la lancha vacía pensé en la muerte. En la resilencia entre la vida y su otra cara, el final. Deja un vacío y en ese espacio que me permite existir está el eco de Dios, en el cuerpo y lo prendo