lunes, 2 de agosto de 2010

24 hours Tijuana

No he bajado de mi nube desde que llegué a
Tijuana...

Todo empieza por un eco, Tijuanaaaaaaa me quita el sueño, me llama. Quiero conocer esa mentira, quitarme las ganas se convierte en obseción. Voy a comprar un boleto.

Tome un avión de Oaxaca a Tijuana. Así fue como conocí mi ciuda, la que me supo hablar, la que me llamó. La ciudad imposible, la de las posibilidades infinitas. La ciudad de mis colores. Tiene todo lo bueno y todo lo malo. Fácil te pierde, fácil te engaña, fácil te enamora. Fácil, como una chica Almodovar.

Es que, Tijuana no se mide, no tiene parámetros más que los tuyos. Aquí se es o se puedes ser. Porque portarse mal está bien, demasiado bien. Tijuana es placer, es ese ser excéntrico, libre, promiscuo, puto y bien puto.

Tijuana es tan elástica como el deseo. Y como esa es su esencia, su economía y su naturaleza pasa de todo. Se extiende hasta donde tú quieras y te satisface. Se vive de acuerdo a ti y eso la hace diferente, única. . Esa ciudad trasciende los nuncas. Te puede llevar lejos, hasta donde puedas y quieras. Puede ser divertido o siniestro. Perseguir un sueño puede ser engañoso, morboso, emocionante. Depende de tu estrella y lo que tú deseas.

Es lo mismo con el mundo que en general no es un lugar seguro y Tijuana te pone todo mucho más a la mano. Hay un famoso dicho que dice de buenas intenciones está hecho el camino al infierno, ya lo creo. Un sueño convertido en pesadilla es cotidiano en Tijuana, algo que no me tocó vivir pero que se percibe. Tijuana es una ciudad de mucho tránsito y la experiencia con la ciudad depende mucho de quién eres, qué buscas, qué quieres, porqué llegaste aquí, a dónde vas y de dónde vienes. Diseccionarijuana la es disfrutable pero no es para todos. Imagino que muchas personas son engañadas en el intento de llegar a “la promesa” el otro lado del muro “el “sueño” y se quedan en el “lado b” otros les usan, son desechables. ASe puede disfrutar o se puede caer de ingenuo e inocente.

Eso me hace pensar en es como el mito del burro disfrazado de zebra con dos oficios (uno más oscuro que el otro). Tijuana ofrece todo lo que está prohibido en USA y compite con precios de tercer mundo. Ofrece morbo y diversión como la hay, de tantas formas. Medicina, cirugías, dentista, spa-masages, cuerpos, sexo, alcohol. Y que es todo eso sino cultura. Cultura viva.

Te puedes tomar la foto con el burro, comprar un poncho oaxaqueño y ponerte bien feliz consumiendo cerveza de a dólar, de paso comprar medicina sin prescripción en la última farmacia y cruzar todo eso, si lo sabes manejar. Si podes imaginar, sería fácil caer en su encantamiento, dejarte hechizar. Tijuana es un viaje astral. Se vive de noche y de día. No pude dormirla mas bien desperté dormido en sus hechizos. Traté de vivirla como un niño, maravillándome, viviendo como si fuera el último día y despertando como si fuera el primero. Tijuana ofrece todo eso, yo quería todo y me lancé.

Tijuana está en movimiento y mi versión, es solo una más, no es absoluta, espero no sea otro cliché, otra sentencia más sobre una ciudad exquisita y complicada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario